Cinco claves para “prevenir” la ansiedad
Hay muchos tipos de ansiedad, tantos como personas la padezcan, pero hay una ansiedad que muchos y muchas de nosotras vivimos casi a diario. Nuestros miedos, inseguridades, a veces nos juegan malas pasadas y nos convierten en víctimas de nuestro propio pensamiento. Estos consejos NO van a servirte para solucionar tu problema si tú tienes ya desarrollado un Trastorno de Ansiedad, pero sí que nos pueden ayudar a prevenirla y minimizarla, y en el peor de los casos, nos serviran para conocernos un poquito más. Vamos a ello:
1º Recuerda que la ansiedad está vinculada a TUS pensamientos.
Eres tú, sin ser consciente plenamente, quien estas generándote ese estado ansioso por la forma en la que piensas sobre tus preocupaciones, retos, etc. ¿Imaginas a un saltador de pértiga en plenas olimpiadas, a punto de saltar, mirando fijamente al listón y pesando “no lo salto ni a la de tres”, “menudo tortazo me voy a meter”…. ¿a qué no te lo imaginas así? Los deportistas de elite superan sus propias marcas personales en las competiciones gracias a que NO se lanzan esos “mensajes negativos”, al contrario, se motivan y estimulan, usando su pensamiento como un reforzador. Así que ya sabes, ¿Qué vas a elegir pensar la próxima vez que te enfrentes a hablar con desconocidos, dar una charla o subirte a un ascensor?
2º Se coherente contigo mismo/a.
Nuestra teoría (moral, valores, pensamientos…) y nuestra práctica (conducta, decisiones, elecciones…) deben mostrar COHERENCIA. En caso contrario serás un/a candidato/a perfecto para la ansiedad. Imagina que, en teoría, para ti hoy lo más importante del día es contestar ese email de tu jefe que tanto te intimida… Si fueras coherente esta sería la primera tarea del día. Pero si eliges posponer (procrastinar) la tarea, evitarla, dejarla hasta el último momento… ¿Qué mensaje te estas lanzando a ti mismo/as? Pues hay dos alternativas, o que realmente te importa un pimiento hacer tu tarea de forma eficiente (tendrías entonces que reflexionar sobre tu nivel de compromiso o sentido de la responsabilidad) o que la tarea te intimida. Nuestro comportamiento construye también nuestro pensamiento, así que probablemente, y casi sin darte cuenta, con el tiempo, acabarás creyendo que debes sentirte intimidado ante esta y otras tareas similares…, mal vamos. Si te muestras coherente, si priorizas afrontar la tarea temida, el mensaje final que te envías a “tu teoría” sería del tipo: “solucionado, no había nada que temer”.
3ª No te conviertas en tu peor enemigo/a.
Dedícate cada día 10 minutos al menos a pensar en ti, en cómo ha ido tu día, en si te sientes bien con lo vivido o hay cosas que has “evitado enfrentar”. Si las hay, motívate, estimúlate, pero sobre todo, HAZLAS. La evitación (huir de las situaciones, pensamientos, vivencias temidas) es la mejor aliada de nuestra ansiedad. Hay personas que deberían denunciarse a sí mismas por el “maltrato psicológico” al que su baja autoestima les somete. Plántate cara a ti mismo/a y empieza a ser tu mejor motivación.
4º Acéptate…, ya cambiarás “aquello” más adelante.
Imagínate que estas cada día diciéndote “de mañana no pasa”, “mañana hago tal cosa, o llamo a fulanito, o me apunto al gym…”, pero cada “mañana” ocurre lo mismo, NADA. No sigas en ese círculo vicioso de “autodecepción”. Acéptate. Quizás no es el momento de enfrentarte a esa tarea, o quizás no lo estás planificando de la forma adecuada. Puedes decidir que ir al gimnasio NO sea tu prioridad, o que llamar a esa persona realmente no te apetece por la razón que sea y no la vas a llamar. Toma decisiones COHERENTES, aunque no sean las supuestamente “ideales”. Quizás cuando sepas quitarte esa presión autoimpuesta sea mucho más fácil retomar y cumplir ese objetivo, o quizás descubras que en realidad nunca fue un objetivo real para ti.
5º Respétate.
Trátate, como mínimo, como tratarías a alguien importante para ti. Es inmaduro pensar que los importantes son “los/as demás”, mientras que tu pasas al último lugar de tus prioridades. Si tú no estás bien, si no te cuidas, si no te mimas… ¿Qué parte de ti es la que va a encargarse de ayudar al resto? ¿la cansada, la frustrada, la agobiada?.
Estas cinco claves son fundamentales, no solo para prevenir problemas de ansiedad sino para tener calidad de vida, para vivir de forma consciente. Implican dedicar tiempos de tu día a día a PENSAR en ti, a reflexionar sobre las formas en las que andas tu camino, como trabajas por ser coherente contigo mismo/a, a trabajar la autoaceptación y el respeto y estima por ti.
Y sobre todo no olvides que hay profesionales esperando para ayudarte. No te condenes a vivir al ritmo de la ansiedad, no es necesario, es mas, es insufrible, y la ansiedad es eliminable, no te conformes.
Sonia Villar
Psicóloga especialista en Psicología Clínica
www.granadapsi.com