Tienes ansiedad? estos son algunos de sus síntomas.
La Ansiedad es un estado emocional y fisiológico que se activa ante situaciones de peligro o que requieren un estado de alerta y atención excepcional. Así definida no es difícil entender que la ansiedad es, en realidad, una habilidad, un mecanismo positivo por el cual podemos reaccionar ante situaciones peligrosas (huir, escapar ante una amenaza) o ser más eficientes ante tareas que requieran cierto grado de concentración (hacer un examen, realizar tareas complejas, etc.).
Pero entonces ¿Cuándo la ansiedad se convierte en un problema? Ahora viene lo interesante, pues esta “habilidad” que es la ansiedad “normal” puede convertirse en patológica cuando se activa en situaciones, contextos o ante estímulos equivocados, o en intensidades no tolerables por quien la padece. La ansiedad nos será útil si tenemos que atravesar un sendero en la selva plagada de peligros, pero será contraproducente si se activa paseando por cualquier parque de tu ciudad. Nos ayudará a concentrarnos en un examen y recordar las preguntas, pero también puede bloquearnos si se presenta con una intensidad superior a lo deseable.
De hecho la ansiedad puede manifestarse a través de múltiples síntomas emocionales, cognitivos, fisiológicos y conductuales. Pasa el ratón sobre la imagen y verás algunos de esos sintomas.
¿Por qué se activa en situaciones inadecuadas o con intensidades no adaptativas? Esta es la pregunta clave, y la respuesta está en nosotros/as mismos/as, en nuestra forma de interpretar la realidad y los propios síntomas de la ansiedad. Por ejemplo, si yo subo rápidamente unas escaleras aparecerán una serie de síntomas fisiológicos normales como son cierta taquicardia, aceleración de la respiración e incluso cierta sensación de ahogo. Ahora bien, si yo tengo “miedo” a enfermar pondré tanta atención en estos síntomas que los malinterpretaré como señales de peligro, sentiré “miedo” a estos síntomas, a pesar de que su aparición este plenamente justificada y sean del todo normales. A esto le llamariamos crisis de ansiedad.
En ocasiones la ansiedad aparece a raíz de una experiencia traumática vivida que nos lleva a mantener un estado de alerta intenso ante situaciones similares. Algo así puede ocurrir cuando, por ejemplo, nos quedamos encerrados/as en un ascensor y nos asustamos… Nuestro pensamiento “ansioso” nos jugará una mala pasada trayéndonos a la mente una ingente cantidad de riesgos “terribles” asociados a esa situación, y lógicamente es probable que tendamos a evitar volver a repetir la experiencia…, total, subir por las escaleras es más saludable ¿no? 😉
En otras ocasiones la ansiedad patológica aparecerá por causas más cognitivas. Acumulación de estrés en el trabajo, una ruptura sentimental mal elaborada, una vivencia emocional desagradable… La forma en la que gestionemos y afrontemos esta ansiedad será la clave para lograr eliminarla o para que lentamente se vaya perpetuando en nuestra vida influyendo en nuestros procesos de toma de decisiones.
¿Se puede vivir con ansiedad? Si. Pero con bastante poca calidad de vida. Hay personas que aprenden a convivir con sus síntomas, a adaptarse a “sus requerimientos y limitaciones” evitando las situaciones que le puedan generar dicha ansiedad, las cuales, poco a poco, año a año, serán cada vez más.
¿La ansiedad se puede curar? SI, por supuesto, no lo dudes ni un segundo. La Psicología dispone de herramientas totalmente eficaces para la gestión y eliminación de la ansiedad patológica.
Más adelante os hablaremos de cómo se instaura la ansiedad y cómo podemos comenzar a eliminarla, pero hoy os dejamos con esta infografía donde podréis ver algunos de los síntomas más comunes de la ansiedad, aunque hay muchísimos más…, pero OJO¡, por suerte no es necesario tenerlos todos.